Artistasalada mes de julio: Korea Espinoza

Nombre: Ana Korea Espinoza Ortega. 

Edad: 21 años.

Nací en La Paz B.C.S, resido aún aquí. Me gusta escribir cuentos, novela y poesía. También me gusta dibujar. Actualmente estudio psicología.

¿Por qué hiciste de esa forma la portada? 

Al principio pensaba cambiar principalmente los tonos, de azules a amarillos a rosas y pasteles, siguiendo con algunos tonos cremas y amarillos. Pero al momento de comenzar a dibujar, realmente me centré más en las formas, esa gran ola es impactante y reinterpretarla con una forma diferente, con líneas redondas y en espiral, me gustó. Es una suavidad que lleva el mar y aún así sigue consumiendo todo a su paso, traté de mantener los colores de mi idea pero al final terminó en un arco íris para equilibrar todo, y no me molesta, es divertido, es un movimiento que sigue a la ola y va junto con ella. Tenía dudas sobre el dibujo, pero en el momento de hacer trazos en el rostro y ver esa expresión, quise conservar esa portada, vi una mujer fuerte, segura, encendiendo todo con su cabello y aún así, barriendo con suavidad, la ola que arrasa con todo a su paso, que trae cambio, que trae voz, que tiene vida, porque le pertenece a ella. 

¿Qué materiales usaste? 

Usé pasteles de aceite, porque quería que se asemejara al óleo sin meterme en una pelea interminable con el óleo, me gusta las texturas que se pueden lograr con ambas de estas técnicas. La idea de usar estos nació por el acabado de la ola de la portada original, aunque es una imagen “plana” creo que realmente todos podemos sentir la textura de cada gajo de la ola azul, quería mantener esa textura y esa idea, aunque al final termino como un concepto de técnica general más que un acabado en específico.

¿Por qué te gusta el arte y qué es lo que más te gusta de él? 

No recuerdo porque lo escogí, ya que empecé a dibujar desde pequeña. De niña me recuerdo dibujando en las paredes (aunque me regañaran) o rayando mi piel. Creo que es porque puedes decir tantas cosas al trazar en papel y a la vez decir nada si así lo deseas, sin perder ningún valor en tal transición. Me gusta porque es divertido, porque lo necesito y porque me da esperanzas. Es divertido al momento de tener una idea o simplemente ganas de dibujar y hacerlo, el proceso, en donde nada más importa, en una viaje arriesgado de subidas y caídas, con momentos frustrantes y una victoria final, que trato de encontrar incluso bajo la sensación de derrota. Lo necesito porque lo he hecho parte de mí, una forma en la que hablo cuando no puedo hablar o una forma de transmitir que se volvería inútil si no fuera a través del papel. Y me da esperanzas porque no sólo uno se vuelve artista, se vuelve creador, y saber que puedes volver realidad lo que deseas, para mí, es sencillamente, esperanzador.

¿Tienes algo que defina tu estilo o que te represente como artista? 

Personalmente no sabría como definir mi estilo, me centró mucho en expresar o en imitar una imagen real si así es solicitado, pero las personas que me conocen dicen que saben reconocer mi estilo. Así que supongo que sí existe algo, pero yo aún no lo descubro.

¿Qué consejo te ha servido en tu camino artístico y qué consejo darías a alguna de nuestras lectoras?

Que para aprender a dibujar, hay que dibujar. Los dibujos no son el resultado, son el proceso. Lo que disfruto de dibujar, es dibujar. Lo que me da paz y satisfacción, es ver mi dibujo. 

Muchas veces, me he detenido ante la frustración de que algo no salga como yo quiero, pero eso es algo que no viene de mí, es algo que aprendí, a tener miedo y esperar siempre algo perfecto, los dibujos se someten a la valoración de los demás con facilidad, con una simple mirada el criterio dicta si es “bueno” o “malo”, pero esos dibujos, en la mayoría de los casos, nunca existieron para evaluados, sino para ser valorados, por el mismo artista o para aquellos con los que conecta. No es necesaria entregar un trabajo digno, sino sentirnos dignos de nuestro trabajo, no creo cosas para que las demás las valoren, creo cosas porque quiero hacerlo y si en el camino, a alguien le gusta, le inspira, le crea nuevas ideas ¡Fantástico! Y si no es así, tal vez no era el dibujo para esa persona, pero para mí sí. 

No te detengas ante el miedo, úsalo para dibujar más allá de lo que nos atrevemos. Los errores son parte del proceso y por último, una frase que me sirvió mucho:

“Un buen pintor tiene un armario lleno de malas pinturas”

¿Cuándo empezó? 

Desde pequeña, recuerdo haber rallado paredes, agendas telefónicas, mesas, sillas, el refrigerador, puertas, hojas blancas, no me gustaban los libros de colorear pero dibuja en ellos, je.

¿Qué le gusta más del arte gráfico? 

Las posibilidades que te regala, que es universal, así sea una raya y un círculo, los demás saben lo que están haciendo, transmitido desde muchos años nuestros cerebros aprenden y reconocen lo que es dibujar, y se ha mantenido porque para muchos de nosotros, es una necesidad.

También, que fuera de lo técnico y escolar, no hay correcto e incorrecto, sólo cosas que pueden mejorar.

Las cosas que arruinó con mayor facilidad y que sé que puedo arreglar con mayor seguridad, son los dibujos.

¿Qué es lo que más le gusta dibujar o pintar? 

Ambas, soy muy curiosa y experimental, así que cuando deseaba aprender una nueva técnica, compraba el material y comenzaba a dibujar con ello, por lo que he coleccionado un abanico de ellas. 

A veces cuando no me siento bien, sé si mi cuerpo desea trazos libres y sueltos con la acuarela, un control más fino con la pintura o trazos toscos y rápidos con pasteles secos y carboncillos. Así que, resumiendo, depende, je

¿Qué la inspira?

Diversas cosas, conceptos en concreto, ideas que surgen cuando veo otros dibujos, otras imágenes, otras cosas, cualquier estímulo que capté mi atención y sea transformado en idea, a veces el simple hecho de estar aburrida o con demasiada energía.

Pero, usualmente hay una emoción, una expresión o un sentimiento que quiero plasmar, y de esa manera, aunque el dibujo no quedé en forma, al verlo puedo saber “esto es” “esto era” y al mostrarlo compartir algo que pasa el filtro de la escucha y llega directamente, a la necesidad del otro, sea algo agradable o no, para él.

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