Por Estela Colón
Mariposa Negra
Sorprende el otoño
con su cálida caricia
sobre la piel perfumada de recuerdos
huele a infancia el sendero
urdido de esperanza
tejiendo los sueños azules de tu risa.
Ya atisba la luna
encender mis cabellos
mientras los pies se hunden
en el follaje dorado de la tarde
y abril golpea en cada hoja
que el viento devuelve en las alas de nuevos pájaros.
Hay un rezo dormido
en la última rosa de tu boca
estremeciendo la hoguera
que el tiempo empeña
en mantener siempre encendida
tras el beso que dio a luz esta mariposa negra.
Camino al sol
Dorado tapiz es la hojarasca
que adorna el sendero,
danzan las hadas
entre mariposas y luciérnagas
y véspero juega
detrás de su máscara crepuscular.
Se rompe el hechizo de antiguas cadenas
el tiempo detenido huye en los relojes
discurre entre las agujas manantiales
de coloridos calendarios
y bebe de la fuente de musas ignotas
mientras el lienzo de la noche se viste de plata.
Sueños alados de savia y coraje
como huellas en la roja alfombra de la tarde
esgrimen la balanza
que alumbra cada herida desvelo
que ha sido refugio
en esta morada camino al sol.
Después de las cenizas
Escapa la sangre,
huye entre los colores de la tarde
y el viento las transforma en palabras,
sacude las páginas
de este calendario
que musita primavera en tus cabellos.
Hoy el cielo pierde esplendor
negra alfombra sepulta el paisaje
no puedo encontrar el mar de tus ojos,
deambulo en los escombros
y con mis manos arranco los espejos del dolor
en tanto la guerra lo devora todo.
Una ráfaga de estrellas
ilumina la oscuridad y me cobija
siento el calor de tus brazos que me envuelven
cuando un estallido de flores en las venas
me despoja del vestido de cenizas
bordado en el llanto de los pájaros.
El reloj se llevó los últimos latidos
transformados en alas, perfumadas de paz,
surcando un nuevo arco iris
mientras un coro de ángeles se oye
y en la Cruz otro firmamento
más allá de las fauces de la infamia.
Destino
El crepúsculo madura en la retina
dilatando la monotonía de Febo
recostado en la melodía sideral
del alma desnuda de Selene
cuando Nix pinta con rosas y lilas
antiguos refugios, en viejos paisajes.
Colores en el pincel de tu mirada
desvelan la brisa de mis pies descalzos
buscando primaveras a Perséfone
al Este de mi brújula
mientras llueven sus pétalos rojos
en los espejos rotos, en mis labios heridos.
Lentamente se cuela Morfeo,
en la ventana, detrás del cristal,
Boreas esgrime sus alas
vestido de nubes, de frías estrellas
y yo, como Ulises, resisto
una vez más, el canto de las Sirenas.
Ruleta
El invierno acecha
entre las hojas del otoño
traviesas dibujan alas doradas
sobre los pies descalzos,
juegan en el viento mágicas mariposas,
tejiendo ensueños con hilos de plata
mientras un grito desnudo
quiebra las estrellas a mis insomnios.
Huellas descalzas atardecen quimera
mágico el abrazo de tus labios nube,
hoy el cielo concibe, se agita la tinta que
escribe tu nombre mientras espera un café
y gira la ruleta una vez más,
las pupilas se tiñen de mar
…un beso ancestral redime los silencios
y visten alondras en la noche.