Por Teresa Duarte

Cambios

Sandra estaba muy feliz por la decisión de Karla. Siempre había pensado que le faltaba algo a su vida. 

Quedarse con el niño, por la responsabilidad que implicaba, obligaba a hacer muchísimos cambios. De ese día en adelante, ya no podía pasar los fines de semana fuera de casa, tampoco podía ausentarse de la ciudad por mucho tiempo. En cuanto a su pareja, decidió dejar de verlo mientras asimilaba su nuevo rol de mamá. 

Los asuntos financieros también sufrieron reordenamientos; ya no podía malgastar tanto en licores ni fiestas, ahora tenía que destinar una cantidad a las necesidades del bebé. Las vacaciones caras estaban restringidas, la prioridad era adquirir muebles para el niño, desde cuna, hasta andadera, buró y juguetes. 

También los horarios cambiarían. Antes se iba del periódico a librerías o a tomar café con amigos o colegas, ahora regresaría lo más pronto posible con Huitzilopochtli. Fueron tantas las modificaciones, que hasta el departamento pintó de amarillo, contrastando con el beige pálido de antes. 

Sin duda todo esto fue un gran paso, porque tomó un poco de tiempo adaptarse a la nueva vida que había elegido.

Continuará…

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