Por Susana Mabel Lizzie
Actitud
Carreteo de uñas oscuras
ligeras patitas
de tero
pico rosado
rosado.
Hace trinchera su escándalo.
Temor.
Se abalanzan agitando alas y gritos
ciegamente
los teru teru
se arremolinan.
¿Se dirán algo entre sí
yo, por la derecha, vos por arriba?
Una coreografía impotente
decora el cañadón.
Me siento en el pasto, cruzo las piernas.
Mi madre mira desde otro tiempo
cada vez que hago lo que me gusta.
En la quebradura del silencio
¿Soy, acaso, la amenaza?
No teritos, no madre.
rueda una marea oscura por el verde
a puro teru teru
como puño de hierro
blandamente arremeten en vuelos rasantes
torsionan sus cuellos cuanto pueden.
Más allá veo un nido:
el secreto tesoro,
—los secretos, madre
son chuzazos de noche
siempre ofenden la luz—
Pichones emplumando tiritan.
¿Has visto los teros desde lejos?
flotan
el cuerpo desplegado sobre unas
patas invisibles.
Un pobre teru teru se viene en picada y sigue
¡puro teatro!
¿Será por eso madre que decías
que tengo patitas de tero?
Teru teru mamá
tus espolones son inolvidables.
Visita
Cada día
fisgoneo tu movimiento de lomo barroso.
No sé cómo hacés para lamer mi llegada.
Me gusta
jugar con vos
a vos
te gusta que yo sea tu sibila.
Estoy cerca amado, digo.
Te invoco tres veces
cada vez con más sed.
Hamacar una canoa
es tu respuesta. Un casi latido
mientras yo me arrojo a tu cuerpo
hasta qué hondura de piel y muerte se rozan.
Tu correntada me nombra en diminutivo,
huye de mí una carcajada líquida.
Entrás en mi espesura
acariciando yemas y falanges
minuciosamente
meto mis piernas en tu boca jugosa.
Invadidos mis resquicios
con agua dulce y viento húmedo
me transformo
en una gota más.
Doblegada me enturbio
el mediodía me sostiene
en la leve profundidad.