Por Sofía Murillo
Mujeresaladas | La Paz, Baja California Sur.- En columnas anteriores les he contado respecto a las múltiples actividades artísticas que me gusta desarrollar, sin embargo, esta vez quiero hablar sobre algo que descubrí en la bisutería o la creación de pulseras.
Comúnmente, al realizar pulseras o accesorios me gusta que los colores y las cuentas que estoy utilizando combinen de manera armónica, pero no sólo eso, sino que la distribución de estas se encuentre proporcional. En otras palabras, me gusta que en los accesorios que hago cada detalle se encuentre equilibrado y pensado para que así luzca bonito.
Sin embargo, me resulta complicado mantener ese ritmo de creación porque se me acaban las ideas, y me veo repitiendo diseños pero con diferentes colores; y es verdad, hay una cantidad limitada de posibilidades de combinación de un par de cuentas; todas las combinaciones de colores y formas ya están hechas.
Que todo esté hecho no es algo malo pues a muchas personas les encanta el mismo sabor de helado y no por eso van a dejar de disfrutarlo, además, es agradable descubrir que compartes gustos o preferencias con alguien más pues te hace sentir cerca.
De igual forma, al crear arte, el inspirarse o compartir rasgos de estilo con alguien más tampoco creo que sea malo, el problema está en cuando sientes que ya no hay nada más que hacer, porque a pesar de que repetir patrones suele ser divertido, si ya los hiciste todos se siente como una falta de creatividad.
Siempre me he considerado una persona creativa y me encanta crear cosas nuevas —entiéndase lo nuevo como algo diferente a lo que he hecho antes o que,, al menos,, no he visto a nadie más hacer aún, y cabe resaltar que es gracioso o triste, dependiendo el caso, cuando descubro que mi idea maestra ya la ha usado alguien a quien nunca se la comenté—, pero cuando veo las posibilidades limitadas siento que me estanco y el bloqueo creativo aparece.
Estoy segura de que ya conocerán mi gusto por observar el arte de otras personas en instagram, y fue ahí donde descubrí algo bastante interesante. Disfruto mucho los videos que realizan los perfiles de bisutería que sigo, y me encontré fascinada por la forma en que construían pulseras de forma asimétrica o con combinaciones de colores y formas fuera de lo común; fue un poco como estos videos de “confía en el proceso” y el resultado era muy bello.
De este modo fue que, mientras veía la reacción al nuevo álbum de Billie Eillish en YouTube, tomé inspiración y comencé a escoger las cuentas que sentía debían ir en la nueva pulsera. Algo que sí tomé mucho en cuenta fue construir todo a partir de una paleta de colores, aquellos tonos que estuviesen relacionados entre sí y que podrían tener una buena cohesión dentro de mi arte. Así fue y de verdad que amé el resultado.
No me atrevo a hablar de originalidad, pero sí creo que mi esencia está verdaderamente plasmada en esas piezas, entonces, creo que es a esto a lo que se le puede llamar un estilo propio, aquello donde puedes quedar impresa en arte.