Por Sofía Murillo
Mujeresaladas | La Paz, Baja California Sur.- La emoción que produce algo nuevo es lo que me atrae, lo que no me deja parar un segundo porque sólo puedo pensar en ello. Sin embargo, cuando se trata de una de las actividades que tanto disfruto, como escribir, me cuesta muchísimo comenzar, retomar tal vez. Al principio todo es asombro, maravilla y el encanto de conocer cada vez más acerca de algo, pero con el tiempo una se empieza a llenar de expectativas y presión por alcanzar la perfección.
Lo que antes era divertido se vuelve difícil y entre la bruma de la confusión aparece la pregunta ¿seré buena para esto? ¿Seré suficiente?
La creación artística puede verse amenazada por el famoso bloqueo creativo. Éste se desprende de las expectativas de perfección excesiva, la necesidad de crear valor monetario al arte, el miedo a equivocarse y a no ser suficiente, el anhelo por querer hacer participar de cada un de las artes que me gustan a la vez y, por si fuera poco, cumplir mis expectativas artísticas en el primer intento.
Aunque en internet puedas encontrar una y mil maneras para salir del bloqueo creativo, la mejor y única herramienta que puede anteponerse a este es la paciencia, con una misma y con el mundo, porque no se puede crear de manera óptima cuando tanto las responsabilidades de la vida diaria como la falta de salud mental aprisionan al cerebro.
Con el tiempo he aprendido que escribir no es una fórmula lineal, sino todo un proceso que se manifiesta de forma diferente para cada persona. Hay algunas que prefieren sentarse y escribir durante un tiempo específico, otras que van tejiendo historias en la mente a lo largo del día, aquellas con ideas escurridizas que deben atar de inmediato al papel; todas un mundo en el universo de las artistas.
Y sí, es verdad que hay técnica para el oficio de la escritura, pero, ¿quién dijo que tenemos que acceder a ella de la misma forma?
No porque alguien llegue, se siente y escriba significa que debes hacer lo mismo para poder autonombrarte escritora. Por eso tendemos a pensar que la creatividad y las ideas vienen de los lugares y momentos más inesperados, porque tenemos la expectativa de encontrarlas tan fácilmente como en la frutería encontramos fruta, o pan en la panadería, pero el arte no funciona así.
Por eso la frustración, porque nos sentamos detrás de una computadora o un cuaderno y no encontramos lo que estábamos buscando; no sale nada. Que no se nos ocurra nada es terriblemente frustrante porque se supone que debería estar ahí, por ser específicamente el lugar dedicado a eso, entonces, ¿por qué no está ahí?
Las ideas, la inspiración, el arte, no se encuentran en un lugar específico, sino en momentos específicos, determinados a través de las circunstancias. A veces funciona con cambiar de lugar de trabajo, de canción, de pluma, incluso, de respiración.
Durante un buen día tal vez cierto método te funcionó para crear sin problema, pero durante un mal día ¿por qué esperamos que más mismas condiciones funcionen?las mismas condiciones tendrían que funcionar?
Normalmente, cuando estoy muy concentrada, debo decirle a las personas a mi alrededor que no me hablen porque la idea se me escapa. Las ideas son tan frágiles que, si las preocupaciones del día, o de los años, te hablan, se pueden evaporar y te quedas en blanco otra vez; por eso hay que tomarlas suavemente, darles su espacio, anotarlas si es necesario y conocer cuál es la mejor forma de desarrollarlas. Primero, para que crezcan y se expandan, tal vez es necesario dejarlas reposar en un lugar apartado, oscuro y contenido, como se hace con la masa madre, o, por el contrario, quizá debamos deshacernos del contenedor y dejar que las ideas fluyan; y más tarde, desgranarlas dentro del texto.
Crear o reconocer nuestro proceso creativo es importante, pero también debemos tener en cuenta que puede cambiar de acuerdo a los eventos arbitrarios de la vida, al tiempo, el momento o el estado de ánimo; y eso es completamente normal. Es necesario tener la humildad para reconocer que a veces se necesita un cambio; tal vez, incluso, este sea pedir ayuda, y es bueno saber que no hay nada de malo en ello.
Muchas veces olvido esto, por lo que se me hace terriblemente difícil retomar aquello que amo. En ocasiones me repito una y otra vez que todo es cuestión de paciencia, y práctica; mucha práctica. Pero hay momentos en los que necesito que alguien más regrese mis ojos a la realidad; para solucionar los problemas que se presentan en el día a dia es necesario hacer uso de las herramientas que se tienen a la mano, aunque no sean las de siempre. Por esto y mucho más quiero agradecer a mi red de apoyo, mis colegas y amigas, porque siempre habrá alguien que pueda tenderte una perspectiva diferente o una palabra de apoyo.