Por Socorro Paura
Habitada estoy
como la casita del árbol
cercada con manos infantiles,
viendo pasar las nubes en un mundo irreal
guardé en mí, tesoros escondidos,
llegaron al mundo como un milagro.
La casita,
alumbrada en las noches
por miles de luciérnagas,
y pintada de día, con alas de mariposas.
Hoy, me habitan, hormigas y grillos
que cantan monótona canción comiendo mis migajas,
los fantasmas quieren entrar a mi casa
por las grietas que el tiempo dejó;
trabajo, restauro,
con la arena que quedó de mis sueños,
busco el fuego en el cielo arrebolado
para calentar mis inviernos
y aquí sigo en mi casita del árbol
viendo pasar las nubes en este mundo irreal.